Acabas de crear la propuesta de diseño perfecta para el negocio de un nuevo cliente. La estética es atractiva, los detalles ingeniosos y sabes que este concepto se venderá rápidamente. Y luego… quieren tomar una dirección diferente. ¿Qué ha pasado?
La realidad es que los diseños impactantes no se venden solos. El diseño gráfico es un arte subjetivo y puede ser difícil para los clientes saber qué elegir. Sin contexto ni una presentación convincente, su cliente podría pasar por alto todos esos detalles ingeniosos que hacen de su diseño la mejor opción . O podría no comprender la profunda reflexión que subyace a su enfoque estético. Aunque el concepto pueda parecer perfecto, aún necesita “venderle” su diseño a su cliente.
En este artículo, compartiremos seis formas de hacer que su cliente se enamore de su propuesta de diseño.
Birdmetry Studio usa color e imágenes para hacer que su logotipo brille
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La presentación lo es todo
Al construir la marca de una empresa, es fácil olvidar lo poderosa que puede ser la primera impresión para un cliente. Tu propuesta debe dar vida a su negocio y ayudarlos a soñar con un futuro emocionante, con tu trabajo de diseño como eje central.
No se trata solo de un logotipo o una etiqueta de botella, sino de una visión global. Ayude a su cliente a emprender ese viaje más grande con usted, ayudándolo a visualizar el diseño en persona y a comprender cómo podría expandirse en el futuro.
Las fotografías de stock pueden evocar una sensación o atmósfera específica. La textura o los patrones pueden añadir interés visual. Los mood boards son una herramienta excelente para ayudar a tu cliente a comprender lo que buscas. Incluso una simple maqueta o un póster in situ pueden hacer que el diseño se sienta más tangible y despertar la curiosidad del cliente.
Una vez que hayas definido tu concepto, también es importante considerar el formato en el que presentarás la propuesta de diseño. ¿Enviarás a tus clientes un PDF o presentarás formalmente una presentación magistral? ¿Participas en un concurso de diseño y necesitas que la miniatura de tu diseño destaque entre las demás propuestas?
Asegúrate de darle espacio a tu trabajo para respirar, para que el cliente pueda asimilarlo realmente. Incluir demasiados detalles puede hacer que la presentación sea caótica y difícil de digerir.
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Contextualiza tu diseño
Como parte de tu presentación, explicar tu trabajo siempre es importante. Tu cliente no lee la mente. Ayúdalo a comprender el proceso de diseño explicándole claramente tu enfoque y señalando cualquier detalle interesante.
¿Por qué elegiste esta iconografía, paleta de colores o estética específica? ¿Hay ingeniosas sorpresas escondidas en el diseño? Aunque hayas creado algo inteligente y bien pensado, tu cliente podría perderse mucho si no se lo mencionas.
Para que tu propuesta sea realmente convincente, debes usar palabras clave de su briefing creativo para demostrar cómo has escuchado sus necesidades y las has aplicado a tu trabajo. Esto ayuda al cliente a conectar tu diseño con su visión con mayor claridad. Apreciarán tu atención.
Dos conceptos de logotipo muy diferentes de Begum G.
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No te quedes estancado en los detalles.
Si le ofreces a tu cliente múltiples opciones para un proyecto de diseño, asegúrate de que cada una tenga una perspectiva sólida. Quieres que el cliente se comprometa primero con el concepto general. Si presentas opciones de diseño demasiado similares, podrías quedar atrapado en discusiones sobre colores y opciones de diseño demasiado pronto. Una presentación consiste en determinar la dirección general que tu cliente quiere tomar y ganarse su entusiasmo.
Una vez que tu cliente elija una dirección, puedes iniciar el proceso de retroalimentación. Pero, insisto, tú eres el experto: haz parte del trabajo pesado tú mismo antes de proponerle ajustes. A veces es mejor hacer algo bien y ofrecer menos opciones, para que el cliente pueda brindar una retroalimentación más clara sin sentirse abrumado.
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Demuestre que se adapta a la industria
¿Cómo se compara tu diseño con la competencia? Esa es una pregunta importante que se plantea todo cliente. Como diseñador, puedes ayudarles a visualizarlo investigando la competencia en su sector. ¿Tu cliente quiere igualar la estética de otros o tomar una dirección completamente diferente?
Por ejemplo, supongamos que su cliente está iniciando un negocio de moda de alta gama. Puede mostrarle cómo su logotipo se compara con otros del sector con una sencilla cuadrícula visual:
Presentar tu diseño de esta manera ayuda al cliente a ver cómo se compara su marca y (si se hace bien) puede convencerlo de tu trabajo. Ya sea que busquen integrarse o destacar, esta es una manera sencilla de que comprendan cómo tu concepto encajaría en el mercado.
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Elige tus palabras con cuidado
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Kerning. Raster. Interlineado. DPI. Slugs. El diseño gráfico tiene un vocabulario único ; no todos lo dominan. Al trabajar con clientes, es importante traducir el vocabulario de diseño a algo más accesible. Al fin y al cabo, son colaboradores clave en tu proceso creativo.
Piensa en cómo hablar de diseño de forma universal. Por ejemplo, palabras como “tracking” pueden referirse al “espacio entre letras”. Palabras como “bleed” pueden referirse al “área impresa que se superpone al borde de corte”.
Las conversaciones bien escritas o fáciles de entender pueden decir mucho más sobre un diseñador que su sólido vocabulario de diseño.
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Dale espacio a tu cliente
¿Alguna vez has sido víctima de un vendedor insistente? Imagina que estás visitando una tienda y, de repente, te guía por cada rincón, intentando venderte algo más. Lo que se suponía que sería una experiencia de compra tranquila se ha convertido en un desánimo estresante.
No seas ese vendedor. Después de compartir tu propuesta con un cliente, dale tiempo para reflexionar sobre todo. Muéstrate disponible, haciéndole saber que estarás dispuesto a responder cualquier pregunta y luego pide programar una reunión de seguimiento para reconectar.
Les has dado mucho que digerir. Deja que lo hagan sin malestar estomacal.
Conclusión
Al final, presentarle una propuesta a un cliente puede ser muy parecido a una cita. Si eres honesto, seguro y accesible, tus clientes te verán como alguien con quien podrían trabajar felizmente durante mucho tiempo.
Al profundizar en tus conceptos de diseño y comunicar tus ideas con claridad, les brindarás el contexto necesario para reflexionar y ofrecer retroalimentación sobre tus diseños. Y al escuchar atentamente sus necesidades y reflejarlas en tu trabajo, demostrarás cómo puedes ser un excelente colaborador y vender tu diseño.